La buena visibilidad
submarina, sumada a la suave temperatura del agua de
enero a diciembre, el buen estado del mar, y las más
de mil especies animales y vegetales que habitan en
sus fondos marinos hacen que sean muchos quienes elijan
este lugar para sus inmersiones. Pero tenga en cuenta
que este parque es un espacio protegido. Por eso, si
decide practicar el submarinismo por libre, debe contar
con un permiso que concede el departamento de Medio
Ambiente del gobierno regional de la Junta de Andalucía.
Para conseguir esta autorización debe presentar
su titulación oficial de buceo, además
del seguro pertinente. No olvide, asimismo, que queda
prohibida la práctica de la pesca submarina en
todo el parque.
Otra posibilidad es contratar los servicios de algunos
de los clubes de buceo especializados de la zona.
Estas empresas ofrecen no sólo inmersiones
guiadas, sino también cursillos para todos
los niveles, tanto de perfeccionamiento para buceadores
expertos como de iniciación para aquellos que
comienzan en esta disciplina. Incluyen el alquiler
del equipo, guías submarinos y traslados en
barca por diferentes puntos de la costa. Los requisitos
para apuntarse a estas clases: ser mayor de 14 años
y presentar un certificado médico que confirme
que se es apto para este deporte.
Al sumergirse va a vivir una experiencia única.
Va a contemplar cientos de peces de colores de diferentes
especies y tamaños, estrellas de mar, pulpos,
erizos, esponjas, algas, las praderas de Poseidonia
mejor conservadas del litoral mediterráneo…
También le aguardan grutas, cortados y cuevas:
unos fondos marinos ricos en formaciones geológicas
que crean un escenario de ciencia ficción, con
zonas de luces intensas, penumbras y continuos contrastes
de color.
Además, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar
existen “tesoros” que se ocultan en su mar.
Por ejemplo, el Vapor Arna, frente al mismo Cabo de
Gata, un barco de casi 100 metros de eslora que se hundió
en 1928 y que se conserva en muy buen estado; la Punta
del Castillo, en San José, ideal para las incursiones
nocturnas; la Cueva del Frío, una gran grieta
que contiene una gruta de 14 metros; los recovecos y
pasillos submarinos de la zona de Escollos, junto al
pueblo marinero de La Isleta del Moro, o la Cala de
San Pedro, donde es frecuente encontrar restos arqueológicos.
Si simplemente desea practicar la apnea (buceo a pulmón)
o bien el snorkel (buceo en superficie), basta con ponerse
unas gafas y un tubo, y observar bajo las aguas el fascinante
mundo animal y vegetal. Lo mejor es que acuda a la oficina
de turismo situada en el mismo Parque, donde le van
a ayudar a resolver cualquiera de sus dudas. Conviene
saber además que en esta zona hay muchas otras
actividades que puede realizar como: senderismo, observación
de aves, espeleología, windsurf, esquí
acuático, escalada, parapente, ala delta, cicloturismo,
piragüismo… ¿A qué espera para
venir?